Cada vez que uno interactúa con una persona, se puede interpretar como una habitación, un cuarto con una puerta en cada extremo. Dos en total, para ser exactos.
Todas las cosas que descubrimos a partir de ese encuentro, quedan como objetos dentro de éste cuarto. Una vez que finaliza la interacción, se cierra, hasta el momento de otro encuentro.
El cuarto que comparto con vos tiene millones de cosas, está desordenado y desde hace un tiempo ya, siempre a oscuras.
Uno entra con la intención de llegar al otro lado y poder encontrarse, pero siempre tropezamos con algo, nos desencontramos, nos distraemos revolviendo cosas que quedaron guardadas.
Tengo que tener cuidado, de mi lado el orgullo está tirado en casi todo el piso, suelo arraigarme a él y perder la oportunidad de llegar a donde estás, y puedo herirte.
Hay un frasco con frases guardadas, la recurro mucho.
"Tené cuidado con las decisiones que tomás, porque a veces lastimás más de lo que creés".

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