Esas piedritas son parecidas a las relaciones. (Esta mina perdió la cabeza porque no puede escuchar música, pensarán).
La explicación a mi deducción es la siguiente.
Uno va caminando y por la calle ve muchas piedras. Pero solo una llama tu atención. Inconscientemente vas acercándote, contando los pasos y premeditando con qué pié vas a patearla, con cuánta fuerza y qué tan lejos va a llegar.
Llega ese momento de cercanía y se patea. Acá se despliegan un abanico de posibilidades. A veces se logra, y la piedrita despega del piso; a veces fallamos y la piedrita se nos caga de risa; y a veces por miedo a fallar, simplemente seguimos de largo.
Hasta acá supongo que me siguen, vean los parentescos.
¿Qué pasa una vez que logramos patear la piedrita?
Se translada y avanza, comparten un momento, acción y reacción correspondida. Sos feliz porque lo lograste. (No se si siente una piedra, pero debe estar contenta de poder moverse).
Puede que esa piedrita esté unos pasos más adelante tuyo, esperando que vuelva a ser pateada. Puede que se haya perdido entre la multitud de otras piedras. Puede que vos ya no estés interesado en volver a patearla.
Pero ¿qué es lo más relevante de esto? Que se sigue caminando. Tenes tooodo un camino lleno de otras piedras para seguir pateando.
Así pasa en la vida con las personas. Uno lo intenta, puede lograrlo o no, y si lo logra y está con una persona, en el momento que sale de tu trayecto de vida, se tiene que continuar. Otra persona aparece.
Yo quiero patear una piedrita, y que
llegue
muy
lejos!
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